Cómo reducir el riesgo en la gestión del capital circulante

Tiempo de lectura: 9 min.

Para las pequeñas y medianas empresas, y también para las organizaciones de gran calado, gestionar eficientemente el capital circulante resulta esencial. En el caso de las pymes, la mayor parte de los activos están en forma de activos circulantes. Asimismo, los pasivos corrientes son una de sus principales fuentes de financiación externa, dadas sus dificultades para obtener financiación en los mercados de capitales a largo plazo y las restricciones a las que se enfrentan. Estas iniciativas recurren a la financiación de proveedores cuando se han quedado sin capital, por lo que salvaguardar su liquidez es una cuestión de supervivencia.

Qué es el working capital o capital circulante

El capital circulante alude a la diferencia existente entre los activos circulantes de una organización y sus pasivos circulantes. Su función es, principalmente, apoyar las operaciones financieras diarias de una organización, incluida la compra de acciones, el pago de sueldos, salarios y otros gastos comerciales, así como la financiación de ventas a crédito. Se trata del remanente vital de una empresa.

➡️ Todo lo que necesita saber sobre el capital circulante, en este vídeo :

Ejemplos de capital fijo y circulante

Para explicar mejor la diferencia entre capital fijo y circulante, a continuación encontrarás algunos ejemplos:

Fijo: condición de uso a largo plazo

  • Edificaciones
  • Terrenos
  • Derechos de software
  • Patentes

Circulante: bienes que se extinguen con el primer uso o convertibles dentro del período de un año

Bienes de capital circulante ejemplos:

  • Materias primas
  • Mercaderías
  • Combustible

Capital circulante, fórmula

La fórmula para calcular el capital circulante es la siguiente:

AC-PC (Activo Corriente – Pasivo Corriente) = Capital Circulante

Visto de otro modo, es el resultado de sumar los saldos de clientes, productos terminados y materias primas, y restar el saldo de proveedores.

Gestión del capital circulante

La gestión del capital de trabajo es una estrategia contable que se enfoca en establecer márgenes adecuados de activos y pasivos circulantes. El objetivo es asegurar la capacidad de la empresa para afrontar sus deudas (a corto plazo) y sus gastos operativos. Por lo general se trabaja con un plazo de doce meses.

Los dos aspectos principales de la gestión son el análisis de ratios y la gestión de los componentes individuales del capital circulante. Algunos índices de rendimiento clave son el índice de capital de trabajo, la rotación de inventario y el índice de cobranza. El análisis de dichos índices permite identificar puntos de mejora en ciertas áreas de responsabilidad como, por ejemplo, la gestión de inventario, de flujo de caja y las cuentas por pagar y cobrar.

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Se busca lograr tanto la liquidez como la rentabilidad de un negocio. La gestión eficiente de la liquidez implica planificar y controlar los activos y pasivos corrientes de tal manera que se elimine el riesgo de incapacidad para cumplir con las obligaciones vencidas a corto plazo. De este modo, se evita una inversión excesiva en estos activos.

Las prácticas del sector, el tamaño de la empresa, el crecimiento futuro de las ventas, la compensación ejecutiva y la propiedad accionaria del CEO influyen significativamente en la eficiencia de la gestión del capital circulante de una empresa.

Cualquier empresa puede reducir sus costes de financiación y aumentar los fondos disponibles al minimizar la cantidad de inversión inmovilizada en activos circulantes. La mayor parte del tiempo, los administradores financieros se enfocan en determinar los niveles no óptimos de activos y pasivos corrientes y en llevarlos a niveles óptimos. Un nivel oportuno de los distintos tipos de activos implica un equilibrio entre riesgo y eficiencia.

Una medida popular de la gestión del capital circulante es el ciclo de conversión de efectivo, que se define como la suma de los días del período promedio de cobro y los días de ventas en inventario, menos los días de cuentas por pagar pendientes. Cuanto mayor sea este lapso de tiempo, mayor será la inversión en capital de trabajo.

La gestión del capital circulante juega un papel importante en la estrategia corporativa general a fin de crear valor para los accionistas y convertirse en dinero. Podemos considerar el capital circulante como el resultado del desfase temporal entre el gasto por la compra de materia prima y el cobro por la venta del producto terminado.

El problema es que aumentar los beneficios a costa de la liquidez puede exponer a la empresa. Así, es importante encontrar un equilibrio entre estas dos funciones: generar beneficios y mantener la liquidez. Y asumir, en cierto grado, que las ganancias y la liquidez son lo mismo, por lo que un objetivo no debe cumplirse a costa del otro. Piensa que si no te preocupas por la liquidez, tu negocio podría enfrentarse a un problema de insolvencia.

Además, la administración eficiente del capital de trabajo debe contribuir a la rentabilidad de la empresa. En cualquier caso, a muchos gerentes financieros les resulta difícil identificar los impulsores importantes del capital de trabajo y su nivel óptimo. Sin embargo, minimizar el riesgo y mejorar el desempeño general de una organización requiere comprender el papel y los determinantes de este remanente.

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Determinantes del capital circulante

No existe un conjunto específico de reglas o fórmulas para establecer los requisitos del capital de trabajo de las empresas. Un gran número de factores, cada uno con una importancia diferente, influye en las necesidades de liquidez de las empresas. A continuación, te muestro algunos elementos:

  • Naturaleza del negocio. En la práctica, las empresas comerciales y financieras tienen una inversión muy pequeña en activos fijos, pero precisan grandes sumas para invertir en capital de trabajo. Por el contrario, las empresas de servicios públicos presentan una necesidad muy limitada de capital, aunque deben invertir en activos fijos.

  • Condiciones de venta y demanda. Existe una relación entre el volumen de ventas y las necesidades de capital circulante de una organización. En la práctica, los activos circulantes deberán emplearse antes de que se produzca el crecimiento. Por tanto, conviene acometer una planificación anticipada en el caso de las empresas en crecimiento continuo.

  • Tecnología y proceso de producción. El proceso productivo tiene un gran impacto. El ciclo de fabricación comprende la compra y el uso de materias primas, así como la producción de productos terminados. Cuanto más largo sea el ciclo, mayores serán los requerimientos del capital de explotación de la empresa.

  • Política crediticia. Influye en el nivel de deuda. Los términos de crédito que se otorgan a los clientes pueden depender de las normas del sector al que pertenece la empresa.

  • Eficiencia operativa. Corresponde a la óptima utilización de los recursos a partir de un coste mínimo. Una compañía coadyuva efectivamente a mantener la inversión de capital circulante en un nivel bajo si es eficiente en el control de los costes operativos y la utilización de los activos actuales.

  • Precio. Es relevante para la compra de material, el embalaje de productos terminados y las ventas. Los crecientes cambios en los precios dificultan las funciones de los gestores financieros. En general, el aumento de precios exigirá un mayor margen de capital circulante. Los mismos niveles de activos corrientes reclamarán una mayor inversión cuando aumenten los precios.

  • Crédito otorgado por proveedores. Una empresa necesita menos capital circulante si dispone de condiciones crediticias flexibles. De manera similar, la disponibilidad de crédito de los bancos también influye en sus necesidades. Si puede obtener crédito bancario fácilmente en condiciones favorables, operará con menos capital circulante que una empresa sin tal facilidad.

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Necesidades de inversión en circulante disponible

El capital circulante es necesario para financiar las actividades diarias de un negocio y propiciar su crecimiento.

Cuando una empresa crece y su producción aumenta, el volumen de su capital circulante o activos disponibles también aumenta. El volumen de los activos corrientes netos dependerá de las políticas adoptadas por la empresa para administrar los activos corrientes individuales. Una empresa sin acciones, sin deudores y sin acreedores tendrá poca o ninguna inversión en capital circulante, lo que generará poca o ninguna ganancia.

Cuando una empresa está experimentando un crecimiento o fluctuaciones estacionales significativas, el capital circulante debe estar disponible para financiar el inventario necesario y las facturas por pagar. Un alto nivel de activos circulantes, especialmente de efectivo, fortalece la posición de liquidez de las empresas y reduce el riesgo. La liquidez favorece lo siguiente:

  • Compra de materias primas.
  • Pago de los gastos incurridos.
  • Pago a los acreedores.
  • Pago de dividendo a accionistas existentes.
  • Pago de impuestos.
  • Pago de activos fijos.

Riesgos

Mantener un fondo de maniobra positivo te permitirá evitar los riesgos más prevalentes relacionados con la gestión de liquidez. Vamos a verlos desglosados teniendo en cuenta diversos escenarios.

Riesgos del exceso de capital circulante

Los peligros del exceso de capital circulante para una empresa son:

  • Acumulación innecesaria de inventarios. Eleva las posibilidades de una gestión ineficiente del inventario, mermas, robo y pérdidas.
  • Indica complacencia o una ineficiencia a nivel de gestión.
  • Las tendencias de acumulación de inventarios tienden a convertir la política de dividendos en liberal y difícil de manejar en el futuro, cuando la empresa no puede obtener ganancias especulativas.

Riesgos de capital circulante insuficiente

Las organizaciones con capital circulante insuficiente tienen una gran desventaja. En cierto modo, están atadas, ya que sus operaciones se ven obstaculizadas y su crecimiento atrofiado por la falta de fondos para financiar acciones y acreedores adicionales. La debilidad de tales empresas también se demuestra por su dependencia de fuentes de fondos a corto plazo para financiar sus operaciones. En ocasiones, esta gran dependencia se extiende a los fondos de los proveedores, quienes pasan a dictar la política comercial.

En este sentido, un negocio debe tener fondos suficientes para financiar la continuidad de sus operaciones. A su vez, se le presentan otros riesgos, como por ejemplo:

  • Crecimiento estancado. Se hace más difícil para la empresa aprovechar nuevas oportunidades o desarrollar nuevos productos. O adaptarse a la alteración de las técnicas de producción requeridas cuando surgen de forma disruptiva.
  • Pérdida de oportunidades crediticias. La insuficiencia de fondos de capital circulante propicia que las empresas no puedan acceder al crédito. Cuando un negocio cuenta con circulante suficiente, no necesita buscar opciones de crédito, dado que tiene los recursos financieros necesarios para operar de forma normal.
  • Pérdida de descuento por pronto pago. Los proveedores tratan de persuadir a sus deudores para que paguen antes, ofreciéndoles un descuento por pronto pago sobre el precio real. Una empresa con fondos de capital circulante inadecuados no podrá disfrutar de este beneficio.
  • Pérdida de buena voluntad. Una organización con buena reputación puede esperar la cooperación de los acreedores comerciales cuando lleguen las dificultades financieras. No obstante, perderá su reputación cuando no esté en condiciones de cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Como resultado, la empresa encara con frecuencia un marco crediticio muy estricto o poco flexible en caso de que haya que renegociar los términos de un acuerdo.
  • Control por parte de los acreedores. Cuando no cuenta con un fondo de maniobra, la empresa se ve obligada a financiar sus operaciones con préstamos a corto plazo. Al final, el nivel de deuda podría llegar a una cantidad más allá de la que los prestamistas no estarán dispuestos a extender crédito adicional. Esta situación pone en peligro la existencia del negocio, puesto que pasa a depender de las acciones de los acreedores, de su buena voluntad y de su criterio.

En definitiva, gestionar el capital circulante de manera oportuna puede incrementar las oportunidades de crecimiento de un negocio y asegurar su continuidad en el corto y medio plazo. Sin embargo, conseguir este equilibrio requiere de herramientas de gestión de tesorería como Agicap, que sean capaces de centralizar los flujos de liquidez y ofrecerte una visión estratégica de la salud financiera de tu empresa. Solicita una demo gratuita para comprender los beneficios de contar con un software especializado.

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