Para tener la certeza de que el rendimiento del negocio es óptimo, es necesario hacer ciertos cálculos y seguir de cerca indicadores que muestren los verdaderos números de los procesos.
Hoy en día, las empresas necesitan llevar a cabo una gestión más analítica que sea capaz de favorecer y facilitar la toma de decisiones que favorezcan la continuidad del negocio. Es cada vez más común que la gestión empresarial esté basada en el análisis de datos e indicadores que reflejen el estado económico y financiero. Entre ellos, la rentabilidad es un referente clave para tener el detalle de las inversiones.
¿Qué es la rentabilidad?
La rentabilidad es una noción que se aplica a toda acción económica en la que se movilizan medios y recursos con el fin de obtener beneficios. A modo general, se trata de la medida del rendimiento que producen los capitales invertidos en un determinado periodo de tiempo. En otras palabras, es el resultado obtenido tras la comparación entre beneficio neto generado con el capital invertido para obtenerlo.
Se puede expresar como una suma de dinero concreta (punto de vista absoluto) o bien, como un porcentaje (punto de vista relativo).
¿Cómo se calcula la rentabilidad?
Para conocer el resultado de una inversión, se aplica la fórmula de la rentabilidad simple, que pone en relación las ganancias obtenidas con el importe de la inversión.
La rentabilidad total de una inversión se obtiene dividiendo el beneficio obtenido total (ganancias o pérdidas de capital y dividendos o intereses) entre el valor inicial de la inversión. Para transformarla a porcentaje, se multiplica el resultado por 100.
Ejemplo
Si de un capital inicial invertido de 1000 euros se obtienen de vuelta 1100, se deberá realizar la siguiente operación para calcular la rentabilidad relativa:
(1.100 – 1.000) / 1.000 * 100 = 10%
Es decir, el retorno relativo ha sido del 10%.
Rentabilidad económica (ROA)
También conocida como Tasas de Retorno de Activo, o ROA por su definición en inglés (Return On Assets), la rentabilidad económica consiste en el rendimiento que una compañía obtiene por las inversiones que realiza. Dicho de otra manera, mide la capacidad de la empresa de generar beneficios a partir de los activos y del capital invertido, sin tener en cuenta la estructura financiera.
Cómo calcular la rentabilidad económica
En la rentabilidad económica entran en juego dos factores clave:
- Beneficio antes de Intereses e Impuestos (BAII). Los beneficios brutos, es decir, la ganancia que ha obtenido la empresa durante un resultado contable menos costes como impuestos, de explotación, etc.
- Activo Total. Los activos de la empresa que son capaces de generar beneficio. Se calcula mediante la suma de los activos corrientes y no corrientes.
La fórmula de la Rentabilidad Económica es muy sencilla:
El resultado final será un porcentaje que dejará una idea de la posible rentabilidad porcentual que se ha obtenido o se puede obtener para un determinado tiempo.
Rentabilidad financiera (ROE)
Denominada también rentabilidad sobre el capital y ROE por su nomenclatura en inglés (Return on Equity), este tipo de rentabilidad relaciona el beneficio neto que se obtiene con los recursos que se necesitan para obtenerlo, es decir, con el capital total inicial.
En otras palabras, la rentabilidad financiera mide la capacidad de una empresa a la hora de remunerar a sus propietarios o accionistas.
Cómo calcular la rentabilidad financiera
El ROE se expresa como porcentaje y se calcula dividiendo el beneficio neto entre los fondos propios:
Para analizar qué es lo que genera rentabilidad en una compañía, se utiliza la fórmula Dupont, que descompone el ROE en tres variables:
- Margen neto. Indica la capacidad de la empresa para convertir sus ingresos en beneficios y si es eficiente en su control de costes.
- Rotación de activos. Mide la eficacia de la empresa gestionando sus activos para generar ingresos por ventas.
- Multiplicador de capital. Refleja el apalancamiento financiero, es decir, en qué medida la empresa financia sus inversiones recurriendo a deuda.
La importancia de la rentabilidad
La rentabilidad es importante porque la base de todo análisis empresarial suele estar basado en la polaridad entre rentabilidad y seguridad o solvencia como variables fundamentales de toda actividad económica. Además, es el principal indicador que permite:
- Saber si una inversión está siendo o no provechosa. Si el provecho es positivo, entonces se está generando beneficio. Si, por el contrario, es negativo, entonces se está generando una pérdida de capital y debe plantearse la posibilidad de cambiar la estrategia
- Comparar estrategias diferentes, para escoger la que pueda llegar a ser más provechosa
- Conocer, a través de una proyección futura, lo que se espera obtener como fruto de un determinado movimiento
En todo caso, el beneficio es la clave. Es el objetivo que ha de perseguirse siempre y en todo caso, es lo que determina la posibilidad de maximizar ganancias y de obtener el mayor retorno posible.
A la hora de calcular la rentabilidad de tu empresa, es común realizar un análisis profundo de los gastos con el objetivo final de reducir costes. Para ello, primero debes conocer muy bien tu posición de tesorería: saber cuánto dinero tienes disponible, cuánto, cuándo y en qué gastas, así como también cuánto y cuándo cobras. Esto permitirá crear, además, presupuestos más fiables para tomar mejores decisiones estratégicas. Solicita una demo gratuita de Agicap con un miembro de nuestro equipo de expertos y conoce cómo hacer todo esto (¡y más!) de manera rápida y sencilla.
