Qué es el remanente de tesorería y para qué sirve

Tiempo de lectura: 8 min.

Hoy en día vivimos en una economía globalizada de pagos instantáneos y transacciones de todo tipo. En este contexto, las instituciones públicas y las distintas administraciones se encuentran, en muchos casos, con una lista de cobradores y deudores. Las actividades de los servicios públicos y otros apartados esenciales del estado producen rendimientos y se financian con cobros a ciudadanos y empresas.

Así, una entidad pública funciona como una empresa que necesita un cierto fondo de dinero en efectivo y dinero corriente para estar al día con sus pagos. El remanente de tesorería está muy relacionado con este concepto y sirve para conocer la situación financiera y la solvencia de una empresa.

¿Qué es el remanente de tesorería?

La figura del remanente de tesorería mide la capacidad de una empresa para pagar las deudas acumuladas, o si tiene algún tipo de superávit de caja. En el caso de existir superávit, es importante remarcar que no tendría por qué ser necesaria la financiación. Esto significa que tiene más recursos financieros líquidos de los que necesita la empresa para hacer frente a sus deudas. En otras palabras, para saber si la empresa es solvente.

Para expresar esto en una ecuación, debemos tener claros varios conceptos que ya hemos mencionado:

  • Derechos pendientes de cobro.
  • Fondos líquidos de tesorería.
  • Créditos pendientes de pago.

Derechos pendientes de cobro

Es cuando una empresa presta un dinero o un servicio a otra de forma que el pago no tiene por qué ser inmediato. Así, ambas partes acuerdan una fecha límite de pago alejada de la fecha efectiva del servicio. Esta flexibilidad puede jugar en contra de la empresa que realiza el servicio o presta el dinero por adelantado, ya que está en una posición de debilidad y ve su financiación afectada.

Sin embargo, los cobros son un tipo de anotación contable fiable y rastreable. Por este motivo, los cobros pendientes se consideran en muchos casos activos casi tangibles. Eso sí, es importante incorporarlos al dinero corriente de la empresa en el momento adecuado, ya que algunas preposiciones pueden jugar malas pasadas. Esto es debido a que una empresa cree que cuenta con un dinero que realmente no posee.

Las deudas pendientes de cobro son un elemento corriente y casi líquido, ya que al cobrarse pueden usarse para cancelar otras deudas a corto plazo, o pagar otras deudas y obligaciones. En el caso de las empresas públicas, las deudas suelen cobrarlas a empresas a las que ofrecen créditos o que deben pagar tributos directos o punitivos. Esto quiere decir que a veces las empresas y los ciudadanos deben dinero al estado por sus cotizaciones sociales, pero otras veces, a modo de multa por algún comportamiento fiscal inapropiado.

Fondos líquidos de tesorería

Los fondos líquidos de tesorería son el dinero disponible que tiene una organización. Este puede estar en efectivo o en una cuenta bancaria y representa la capacidad de pago de la empresa. Asimismo, lo que sobra tras restar los pagos y los cobros contribuye al ratio de liquidez.

En definitiva, hablamos de un dinero que se encuentra apartado para hacer frente a todo tipo de pagos y que se puede agrandar con los beneficios que una empresa obtenga. No siempre se opta por engrosar el fondo de liquidez , pero es una buena forma de prevenir a una organización ante los impagos . Así, se construye una cuenta en la que los fondos están destinados a ser utilizados en necesidades muy líquidas.

La diferencia entre los cobros y pagos suele conformar una parte importante de los beneficios de una empresa. Esta diferencia puede utilizarse para el fondo de tesorería, reinvertirse en otras áreas o utilizarse en actividades ajenas.

Créditos pendientes de pago

Este concepto es contrario a los derechos de cobro. Desde el punto de vista de la empresa o entidad, estos créditos son recursos que ha captado en algún momento, pero que debe devolver o abonar de alguna forma. El plazo para la aplicación de estos pagos suele estar estipulado por adelantado, pero en algunos servicios puede ser muy corto.

Por lo general hablamos de pagos por servicios prestados por anterioridad o suministros por parte de proveedores. También puede tratarse de un crédito contraído anteriormente que debe devolverse posteriormente, con mayores o menores intereses.

De este modo, estos pagos deben estar respaldados por una liquidez efectiva. No sirve de nada sufragar estos gastos con ingresos menores o con la esperanza de cobrar deudas atrasadas. Tampoco se debe confiar en hacer frente a un pago mediante la venta de un recurso interno y tangible. Es por eso que este tipo de créditos son una parte esencial del remanente de tesorería.

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¿Cómo se calcula el remanente de tesorería?

Una vez que tenemos claros cada uno de los elementos que forman parte del remanente de tesorería, podemos pasar a realizar un cálculo aproximado. Este sirve para conocer el estado de la liquidez de una empresa u organización y su capacidad para hacer frente a los pagos actuales y a los previstos.

El cálculo tiene en cuenta la información actual y disponible sobre los cobros y pagos. Sin embargo, es importante contextualizar los resultados obtenidos. Las empresas son capaces de prever con cierta antelación los pagos que tendrán que afrontar en el futuro y que aún no aparecen como créditos pendientes de pago. Asimismo, una empresa cuando descubre el remanente de tesorería disponible debe saber si es suficiente para cubrir los gastos habituales o no.

El cálculo se realiza de la siguiente manera:

Se suman los derechos pendientes de cobro a los fondos líquidos de tesorería. El resultado de este cálculo sencillo es el dinero líquido "en positivo". A esta cantidad tenemos que restarle los créditos pendientes de pago. El resultado es una cifra positiva o negativa.

En el caso de las empresas públicas, un mal resultado puede restringir mucho la planificación económica. De hecho, un resultado negativo puede provocar una ola de reacciones a nivel financiero, ya que en contabilidad nunca se ha de deber más de lo que se posee.

Destino del remanente de tesorería para gastos generales

El destino del remanente de tesorería para gastos generales es otro apartado fundamental. El remanente de tesorería se puede imaginar como lo que sobra a un ente, habitualmente público, tras hacer frente a la liquidación del presupuesto. Este beneficio líquido puede utilizarse para una gran variedad de cuestiones, como te mostraremos posteriormente. Habitualmente la ciudadanía suele estar muy implicada en que el destino de estas inversiones sea adecuado.

A menudo estos gastos comunes se centralizan de algún modo, por lo que los beneficios que se recaudan en las distintas administraciones sirven para compensar los gastos que otros no pueden asumir. Aquí entran en juego los conceptos de superávit y déficit. A menudo surgen conflictos sobre hasta qué punto los entes centrales pueden disponer de los saldos positivos del remanente de tesorería para contrarrestar los negativos.

Diferencias entre remanente de crédito y remanente de tesorería

El remanente de crédito es el importe de los créditos que no se han llegado a ejecutar en un ejercicio presupuestario concreto. Esto quiere decir que se describen las cifras y pagos que no se han llegado a abonar en un año o periodo financiero determinado. A esta suma de dinero que la empresa sigue debiendo se le debe restar la cantidad que ya ha reconocido y aportado. Así, la empresa y sus deudores pueden tener una imagen clara de la situación a nivel crediticio.

Y aunque se trata de conceptos diferentes, no son antagonistas. El remanente de tesorería puede englobar hasta cierto punto al remanente de crédito, pero tienen diferencias:

  • El remanente de tesorería hace referencia al estado de la empresa respecto a la liquidez, teniendo en cuenta los cobros y pagos. El remanente de crédito solo tiene en cuenta los pagos de la empresa a otros entes.
  • El remanente de tesorería tiene en cuenta a una gran variedad de agentes, mientras que el crediticio suele centrarse en entes financieros.
  • En el remanente de tesorería se mezclan vencimientos a corto, medio y largo plazo, mientras que en el remanente de crédito suele predominar un timing concreto.

Aplicaciones presupuestarias

Algunas de las aplicaciones que se prevén de este tipo de beneficios tienen un claro enfoque hacia el presupuesto del ejercicio. En este caso encontramos dos visiones opuestas respecto al ratio de tesorería. Por un lado, se busca incorporar los saldos positivos y de exceso de solvencia a los presupuestos propios del ente o la organización. De este modo, las buenas prácticas y la responsabilidad fiscal cuentan con una recompensa que permite a los beneficiarios disfrutar de un servicio o administración mejor.

Por otro lado, la idea es captar estos fondos positivos de tesorería e incorporarlos a un presupuesto ajeno y generalmente superior. En este presupuesto se utilizan estos fondos como sistema de cohesión y de reparto de beneficios y pérdidas. Esta idea ha tenido gran trascendencia a nivel municipal en los últimos años.

Ejemplos de desviación de financiación

Existen diferentes ejemplos prácticos que se pueden utilizar para mostrar cómo los remanentes de tesorería pueden ser utilizados para fines ajenos. Encontramos fondos que se utilizan para financiar inversiones que escapan del control del órgano competente, o casos flagrantes de corrupción. En otros casos la incapacidad hace que algunos fondos acaben destinados para causas erróneas.

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