El estado de flujo de caja: aspectos básicos

Tiempo de lectura: 14 min.

La gestión de la tesorería de una empresa puede ser complicada. Es fácil perder de vista el flujo de caja pasado y futuro. Para tener mayor visibilidad de las entradas y salidas de los fondos, hay una herramienta práctica, incluso esencial, que necesitas implementar: los estados de flujo de caja. Tanto si se utilizan en la gestión estratégica de una empresa como en el momento de la captación de fondos, por ejemplo, los estados de flujo de caja pueden facilitar enormemente la tarea de seguimiento financiero. ¿Cuáles son los beneficios? ¿Cómo construir un estado de flujo de caja? ¿Cómo interpretar los datos y los resultados? Descúbrelo a continuación.

El estado de flujo de caja: definición

El estado de flujo de caja es un documento financiero esencial en la gestión de una empresa, pues refleja las entradas y salidas de fondos que se han producido en la empresa durante un periodo determinado, denominado periodo contable. Esta tabla agrupa los flujos de efectivo del pasado y permite establecer las previsiones de tesorería en el futuro. En general, se compone de tres secciones: actividades de explotación, actividades de inversión y actividades de financiación . La liquidez total aportada o utilizada por cada una de estas tres actividades se suma posteriormente para obtener la variación total de la tesorería para el periodo en cuestión.

El estado de flujo de caja ilustra la capacidad que tiene una empresa de operar a corto y a largo plazo gracias a un nivel suficiente de liquidez. Idealmente, la liquidez proveniente del resultado de explotación debería ser superior al beneficio neto. De este modo, un flujo de caja positivo demuestra la capacidad que tiene una empresa de mantener su solvencia y de desarrollar sus actividades.

Junto con el balance y la cuenta de resultados, el estado de flujo de caja es uno de los tres estados financieros más importantes a la hora de administrar la contabilidad de una empresa.

¿Por qué es necesario elaborar el estado de flujo de caja?

Tanto para la gerencia de una empresa como para los emprendedores o inversores, saber leer e interpretar el estado de flujo de caja es esencial para conocer el estado de salud financiera de una empresa. El estado de flujo de caja es una especie de «mapa» de movimientos de efectivo y, por tanto, permite tomar decisiones clave (comerciales, estratégicas, de inversión, etc.) de manera fundamentada y prudente. Por consiguiente, te permitirá:

  • Evaluar la variación de tesorería generada por las operaciones de tu empresa
  • Obtener una visión rápida sobre el estado de salud financiera de tu empresa
  • Analizar la capacidad de tu empresa para financiar las inversiones que generan una necesidad de tesorería y para hacer frente al coste de sus obligaciones;
  • Identificar la estrategia de la empresa (crecimiento interno, externo, etc.) y cómo esta afecta a su futuro;
  • Comprender cómo la empresa genera tesorería y cómo esta se utiliza de un año al otro.

El estado de flujo de caja garantiza un control financiero periódico y se utiliza por diversas razones: 1. Es un buen indicador de liquidez. Gracias al estado de flujo de caja, estarás perfectamente informado sobre el estado de la tesorería disponible. Por tanto, podrás saber qué riesgos merece la pena asumir en las decisiones estratégicas. 2. Muestra las variaciones del activo, del pasivo y del capital propio. Te permite cuantificar el importe de las salidas e ingresos de fondos y la liquidez real de tu sociedad. Estas tres categorías componen la ecuación contable que permite medir el rendimiento de las actividades. 3. Permite prever los flujos de caja futuros. Puedes utilizar los estados de flujo de caja para generar proyecciones de flujo de caja. Por ejemplo, esto te permitirá establecer planes de negocio a medio y a largo plazo.

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Los componentes del estado de flujo de caja

El flujo de caja (cash flow)

Como su propio nombre indica, el estado de flujo de caja agrupa el conjunto de flujos de efectivo (cash flow) en un mismo documento financiero que permite administrar la tesorería de una sociedad (cash flow management). Dicho de otro modo, se trata de cuantificar las entradas y salidas de efectivo (importes netos) que se producen en una empresa. Por tanto, hablamos de «cash in» para referirnos a los ingresos de efectivo y de «cash out» para referirnos a las salidas.

Las distintas categorías del flujo de caja:

Podemos distinguir distintas clases de flujos de caja: el flujo de caja operativo, el flujo de caja de inversión, el flujo de caja de financiación, la capacidad de autofinanciación, el flujo de caja libre y la variación del capital circulante. A continuación, vamos a describir con más detalle cada una de las familias de flujos de caja:

Flujo de caja operativo (FCO). El FCO comprende el flujo de caja generado una vez que la empresa ha proporcionado sus bienes o servicios habituales e incluye tanto los ingresos como los gastos. Se corresponde con el volumen de negocios, pero sin incluir las actividades de inversión ni las actividades de financiación. El excedente ilustra el valor monetario de la riqueza generada por la empresa. Concretamente, esto permite devolver préstamos, pagar dividendos, autofinanciar parte de las inversiones, etc.

En la mayoría de los casos, el flujo de caja operativo comprende la mayor parte del flujo de caja. Por ejemplo, en el caso de un restaurante, el FCO sería la cifra de ventas menos los gastos (materias primas, equipos, alquileres, salarios, etc.).

Flujo de caja de inversión (FCI). Comprende el flujo de caja originado por la compraventa de activos (bienes tangibles como los inmuebles o los vehículos, y bienes intangibles como las patentes) mediante fondos disponibles, pero no a través del endeudamiento.

Para evaluar el FCI, se puede utilizar la siguiente fórmula: Flujo de caja de inversión (FCI) = adquisición de activos tangibles e intangibles – adquisición de entidades (participaciones) + ventas de activos tangibles e intangibles + ventas de entidades (participaciones)

En general, para las microempresas y las pymes, el FCI solo supone una parte mínima del flujo de caja de la empresa. Sin embargo, conviene realizar un seguimiento de este flujo de caja, ya que puede afectar al capital circulante.

Ten en cuenta que cuando se consume liquidez para realizar una inversión, esta liquidez se convierte en un activo de valor equivalente. Dichos activos tienen un valor monetario que no corresponde a fondos disponibles (aunque, en este contexto, los únicos activos que nos interesan son los fondos disponibles).

Flujo de caja de financiación (FCF). El flujo de caja de financiación hace referencia a los ingresos y gastos que provienen de los préstamos y de los fondos propios. En otras palabras, el FCF corresponde al cálculo de los ingresos generados y de los activos gastados en lo relacionado con las actividades de financiación. Puede tratarse, por ejemplo, de la amortización de una parte de un préstamo bancario, de la aportación de capital de un nuevo inversor, o incluso del recurso a una línea de crédito. La fórmula a continuación te permitirá obtener el valor del FCF: Flujo de caja de financiación (FCF) = aumento del capital + préstamos a medio y a largo plazo – amortización de préstamos a medio y a largo plazo +/- variación de los préstamos realizados por los accionistas – dividendos abonados

Capacidad de autofinanciación. Este indicador, a menudo infravalorado por los gerentes de las empresas, hace referencia únicamente a las actividades realizadas por una sociedad. La capacidad de autofinanciación permite determinar si la empresa ha logrado generar más ingresos que gastos mediante su actividad y, por tanto, permite saber si el modelo económico es rentable. En la práctica, la capacidad de autofinanciación equivale al conjunto de los recursos brutos disponibles al cierre de un ejercicio. En definitiva, las empresas utilizan este indicador para: · evaluar el estado de salud financiera de la empresa (junto a otros indicadores financieros como el cash flow) · financiar determinadas inversiones · amortizar una parte de los préstamos · evaluar el importe de los dividendos que se pagarán a los socios

Flujo de caja libre (free cash flow). También resulta conveniente evaluar el flujo de caja libre (o «free cash flow», en inglés), es decir, la liquidez restante una vez se han restado las ventas de activos, las posibles inversiones, el capital circulante y los impuestos sobre los beneficios. El flujo de caja disponible se calcula mediante la siguiente fórmula: Flujo de caja libre = flujo de caja operativo (FCO) + flujo de caja de inversión (FCI). Además, la fórmula del free cash flow puede desglosarse de la siguiente manera: Flujo de caja disponible = excedente bruto de explotación + venta de activos – inversiones + variación del capital circulante – impuestos sobre el resultado de explotación

Variación del capital circulante. En una empresa, el excedente del activo sobre el pasivo se denomina «capital circulante». Por tanto, el término «variación del capital circulante» hace referencia a la diferencia de capital circulante que existe entre dos periodos distintos (años, trimestres o meses). Para calcular el capital circulante, basta con sustraer el pasivo a corto plazo del activo a corto plazo.

➡️ Todo lo que necesita saber sobre el capital circulante, en este vídeo :

La variación del capital circulante se incluye en el flujo de caja de explotación, ya que, por norma general, el activo y el pasivo a corto plazo de una empresa aumentan o disminuyen para que esta pueda financiar sus actividades habituales. Existen dos posibles escenarios:

  • Aumento del activo a corto plazo: se trata de una salida de fondos. La empresa ha tenido que desembolsar un importe para adquirir activos adicionales.
  • Aumento del pasivo a corto plazo: se trata de una entrada de fondos. El endeudamiento adicional, como las deudas a corto plazo, proporciona liquidez a la empresa.

¿Cómo se interpretan las variaciones del capital circulante de una empresa? En general, en función del historial y de la estrategia empresarial, estas variaciones pueden explicarse de la siguiente manera: Si la variación del capital circulante es negativa, esto puede significar que la empresa ha invertido de manera masiva en su activo a corto plazo o que ha reducido considerablemente su pasivo a corto plazo.

Por el contrario, si la variación del capital circulante es positiva, la empresa ha vendido su activo circulante o ha aumentado su pasivo circulante. Para numerosas empresas que se encuentran en fase de crecimiento, las variaciones del capital circulante equivalen fundamentalmente a los gastos de inversión: se trata de una liquidez que la empresa decide invertir para impulsar su desarrollo. Por tanto, una empresa debe calcular la variación del capital circulante para asegurarse de que dispone de capital circulante suficiente o que no entra en una situación de escasez de fondos.

Métodos para elaborar el estado de flujo de caja

Existen dos métodos fundamentales para elaborar el estado de flujo de caja: el método directo y el método indirecto.

Método directo

Este primer método se basa en los datos de las operaciones que han tenido un impacto en la tesorería durante el periodo analizado. Consiste en sumar el conjunto de los ingresos provenientes de las actividades de explotación y restar todos los desembolsos generados por las actividades de explotación.

Método indirecto

La segunda opción, comúnmente llamada «método indirecto», se fundamenta en el método de la contabilidad de ejercicio. En principio, en la contabilidad de una sociedad los ingresos y los gastos se registran después de que se hayan producido los movimientos de fondos. Esto implica que dichas entradas y ajustes de contabilidad de ejercicio (es decir, el flujo de caja de las actividades de explotación) difieren del beneficio neto.

Al utilizar el método indirecto, el contable parte del resultado neto obtenido a partir de la cuenta de resultados y realiza ajustes para anular el impacto de los asientos de corrección efectuados durante el periodo correspondiente. Por consiguiente, resulta necesario convertir el beneficio neto en un flujo de caja real donde se identifiquen todos los gastos no monetarios dentro del periodo analizado (como la depreciación, el deterioro del valor de un activo, la amortización o el escalonamiento de pagos a lo largo de diversos periodos contables).

Ejemplo de estado de flujo de caja

Si has llegado hasta esta sección, seguramente habrás comprendido los aspectos fundamentales del flujo de caja. Cabe destacar que existen dos tipos principales de estados: el estado de flujo de caja por el resultado de explotación (preferido por las entidades bancarias) y el estado de tesorería por excedente bruto de explotación (preferido por los inversores o los fondos de inversión).

El estado de flujo de caja por el resultado de explotación

El resultado de explotación mide la capacidad que tiene una empresa para generar recursos por medio de su actividad principal, es decir, las ganancias o las pérdidas de una empresa antes de deducir intereses e impuestos. Dado que no se ve influenciado por la estructura financiera, el resultado de explotación es un buen indicador del rendimiento económico de una empresa.

El resultado de explotación no tiene en cuenta los ingresos y gastos financieros ni los impuestos sobre los beneficios, pero, a diferencia del excedente bruto de explotación, incluye los procesos de inversión con los gastos calculados (dotaciones para amortización y reservas). Hablamos de:

  • Resultado de explotación medio, es decir, la media de la suma del resultado de explotación de los 3 últimos ejercicios.
  • Resultado de explotación retirado, es decir, el resultado de explotación medio influenciado por el endeudamiento de tesorería menos los créditos o deudas mantenidas por los socios.
  • Resultado de explotación ponderado: corresponde al coeficiente sectorial sobre los múltiplos propios del resultado de explotación.

El estado de flujo de caja por el excedente bruto de explotación

Asimismo, existe la posibilidad de basarse en el excedente bruto de explotación para elaborar el estado de flujo de caja. A continuación, encontrarás un modelo que puedes personalizar:

¿Cómo se elabora el estado de flujo de caja?

Elaborar un estado de flujo de caja no es algo que se pueda improvisar. Para generarlo, deberás recopilar determinados documentos y datos financieros. Estos son los principales documentos que se necesitan:

  • La cuenta de resultados (para calcular la capacidad de autofinanciación);
  • El balance y los anexos contables (tabla de amortizaciones, etc.);
  • El cuadro de financiación (variación del capital circulante, operaciones de financiación, distribución de dividendos, etc.).

Algunos consejos prácticos para elaborar el estado de flujo de caja

Actualiza periódicamente el estado de flujo de caja

El apartado de previsiones del estado de flujo de caja debe mantenerse actualizado en función de los flujos reales constatados. Por tanto, procura ajustar tus previsiones de tesorería para evitar situaciones complicadas que pueden derivarse de realizar unos pronósticos demasiado alejados de la realidad.

Actúa con prudencia

Establece las hipótesis con precaución. Ser demasiado ambicioso y fijar unos objetivos de venta imposibles de alcanzar puede ser pernicioso y distorsionar tus previsiones, las cuales probablemente no se corresponderán con la situación real.

Sé riguroso

Elaborar el estado de flujo de caja requiere rigor y paciencia para que puedas extraer los datos que necesitas para la buena gestión de tu empresa. Dedica una franja horaria durante la jornada a realizar esta tarea y a consignar en el estado todos los movimientos de efectivo que se hayan efectuado en tu empresa.

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Ten en cuenta la estacionalidad

Temporada baja, temporada alta… Una empresa en la que el volumen de actividad fluctúa según el periodo del año no tendrá un flujo de caja homogéneo a lo largo del ejercicio: una bajada significativa de las ventas durante un periodo determinado no implica obligatoriamente que los gastos descenderán de forma simultánea.

Considera los plazos de pago

Conceder facilidades de pago a tus clientes puede ser una excelente manera de entablar con ellos una relación de confianza y de recompensarles por su fidelidad. Sin embargo, ¡no olvides el impacto que esto puede tener en tu tesorería! Por ejemplo, si realizas una gran cantidad de ventas en el mes de junio, pero no recibirás ningún pago hasta después de 45 días, no deberás contar con dichos ingresos para hacer frente a los gastos del mes de junio.

Cómo analizar los distintos flujos de caja

Auditar periódicamente los flujos de caja permite comprender rápidamente cuál es el estado de salud financiera de una sociedad. En general, hablamos de flujo de caja positivo (la empresa ingresa más de lo que gasta) o negativo (la empresa gasta más de lo que ingresa).

Flujo de caja positivo. Un flujo de caja positivo indica que las entradas de fondos de una empresa han sido mayores que las salidas durante un periodo determinado. En teoría, se trata de una situación ideal. Gracias al excedente de liquidez generado (fundamentalmente, por las actividades), la empresa puede reinvertir dicho superávit para desarrollarse, compensar a sus accionistas o liquidar sus deudas. Ten en cuenta que un flujo de caja positivo no se traduce necesariamente en beneficios. Tu empresa puede ser rentable sin necesidad de tener un flujo de caja positivo, y tu empresa puede tener un flujo de caja positivo sin que existan beneficios.

Flujo de caja negativo. ¿Las salidas de fondos superan a las entradas de fondos durante un periodo determinado? Esto quiere decir que tu flujo de caja es negativo. No te alarmes: que el flujo de caja sea negativo no implica necesariamente que tu empresa sea deficitaria a medio o a largo plazo. Por el contrario, puede deberse a decisiones importantes que hayas tomado tiempo atrás para desarrollar la actividad o para invertir en el crecimiento de la empresa. No obstante, si identificas un desequilibrio entre los gastos y los ingresos durante varios periodos contables consecutivos, deberás poner en marcha acciones para revertir esta tendencia cuanto antes. En función de estos datos, un inversor puede decidir, por ejemplo, que una empresa cuyo flujo de caja es irregular resulta demasiado arriesgada para realizar una inversión o que una empresa con un flujo de caja positivo está lista para desarrollarse. A nivel interno, el gerente puede analizar el estado de flujo de caja para comprender el impacto que tiene su servicio en las finanzas de la empresa. Por consiguiente, los gerentes podrán comenzar a hacer ajustes y a adaptar las actividades del conjunto de sus servicios (presupuesto, contratación, despidos, etc.).

Diferencias entre el estado de flujo de caja y el cuadro de financiación

El estado de flujo de caja pasado. Un miembro interno de la empresa puede elaborar este informe, donde se deben reflejar todos los movimientos financieros durante el periodo analizado. Elaborar este estado requiere de una precisión extrema para no pasar por alto ningún elemento.

El estado de flujo de caja provisional. Es posible elaborar un estado de flujo de caja provisional si deseas (re)examinar tu estrategia empresarial o si buscas (re)definir tu plan de negocio. El estado de flujo de caja provisional normalmente se elabora anualmente para un periodo en función del plan de desarrollo y de la duración de los retornos sobre las inversiones estructurales.

Si aplicas los consejos que se han enumerado en este artículo, estarás preparado para elaborar y actualizar periódicamente el estado de flujo de caja de tu empresa.

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