Cómo mejorar la salud financiera de tu empresa

La salud financiera de una empresa o pyme es imprescindible para seguir adelante con tu proyecto. A continuación, repasamos todos los aspectos que necesitas conocer para, llegado el caso, evaluar y mejorar la capacidad y salud financiera de la tuya.
Qué es la salud financiera de una empresa
Se entiende por salud financiera de una empresa a estado económico en el que puede hacerse frente a las obligaciones sin temor a una futura falta de liquidez. Además, disfrutar de esta situación te permite diseñar planes de futuro y seguir evolucionando para adaptarte a las exigencias de la clientela.
Ahora bien, ¿cómo es posible medir o certificar que tu negocio tiene salud financiera? He aquí uno de los grandes problemas que puedes encontrarte y que ahora te ayudamos a solucionar.
Los indicadores que hay que considerar para conocer la salud financiera
Los indicadores para medir la salud financiera son siete.
1. Las ganancias totales
Son la cifra resultante de restarles a los ingresos el coste de los productos o servicios que has vendido. De ti depende elegir cuál quieres que sea tu margen de beneficios brutos y si este se adapta a tu cliente tipo.
2. El beneficio obtenido
Es decir, la cantidad de dinero que tienes después de haberles pagado a tus proveedores. Se obtiene tras restarles los gastos totales a los ingresos totales.
En el primer concepto debes incluir lo que has pagado por la mercancía, pero también lo que te cuesta el sueldo de tus empleados, la conservación y la manipulación de los productos.
3. El margen de beneficio
Cuando lo obtengas sabrás cuál es el porcentaje de tus ingresos que se convierte en beneficios. Calcúlalo restándoles los ingresos a los gastos y divide la cifra por los ingresos totales. Obtendrás lo que se conoce como margen neto de beneficios.
Lo mejor es que ejecutando esta operación podrás saber cuándo ganas más y cuándo menos ajustando así los precios a la demanda.

4. La rotación de las cuentas por cobrar
Es posible que vendas algunos productos a crédito. Debes saber cuánto tiempo tardas en recuperar el dinero invertido. Divide las ventas netas a crédito por el promedio de las cuentas que te quedan por cobrar. Obtendrás el índice de rotación.
5. La razón circulante
Te permite saber cuánto dinero tienes disponible o cuánto podrías tener para afrontar una compra esencial para seguir adelante. Recuerda que también tus acreedores pueden usar esta fórmula para saber cuánto vas a tardar en pagarles. Solo tienes que dividir el activo circulante por el pasivo circulante.
6. La captación de clientes
Es imprescindible que controles cuántos beneficios genera cada cliente nuevo que consigues. Divide el beneficio neto que puede dejarte un cliente por el coste de adquisición de ese cliente.
7. El Return of Equity (ROE)
El Return of Equity se obtiene dividiendo tus ingresos netos por el capital social de tu empresa. Sabrás cuál es tu nivel de beneficios por cada euro que te gastas.
¿Qué es el estrés financiero?
El término estrés financiero alude a la situación que vive tu empresa cuando tiene que afrontar una serie de pagos y gastos sin disponer de la liquidez correspondiente. Esta situación también afecta a tus empleados y termina generando un enrarecido ambiente de trabajo. Estas son algunas recomendaciones para evitarlo:
- Diseña un presupuesto concreto para cada proceso que lleves a cabo. Cíñete estrictamente a las cifras indicadas.
- Crea un fondo para emergencias.
- Solicita ayuda financiera profesional para poder salir más fácilmente de la situación.
- Decide cuáles son los cambios que debes realizar en presupuesto. Tus gastos han de quedar cubiertos.
Comprueba que las medidas anteriores te permiten obtener el efecto deseado. En ocasiones, tendrás que ir modificándolas progresivamente, pero lo fundamental es que puedas recuperar la liquidez.

Recomendaciones para mejorar la salud financiera de tu empresa
¿Cómo tener una buena salud financiera? Es bastante probable que te hayas formulado esta pregunta. Te damos una serie de consejos para sanear la economía de tu pyme o empresa.
Ahorra todo lo posible
Para ganar dinero hay que invertir anteriormente, pero debes elegir muy bien cómo y dónde. El porcentaje de ROI es el factor más importante para que sepas cómo lograr el éxito. Intenta apostar por fuentes de financiación procedentes de tus beneficios y no por endeudarte con una entidad financiera. Aunque te sorprenda, es mejor invertir en transformación digital y formación que hacerlo en otros gastos superfluos que no te van a aportar ningún beneficio.
Un análisis detallado de cada posible inversión
Todo dependerá de tu sector, pero recuerda que invertir en elementos que generen una buena imagen al cliente es positivo hasta cierto punto. Nos explicamos, en ocasiones se invierte en equipos tecnológicos innecesarios, en remodelaciones demasiado costosas y en otros aspectos superficiales que hay que pagar y que quizá terminen convirtiéndose en una deuda.
Por supuesto que hay que ofrecerles a los clientes todo lo mejor, pero siempre debes repasar detalladamente cada gasto y, sobre todo, verificar si lo puedes afrontar o no. Lo importante es disponer de productos o servicios atractivos, generar clientes y beneficios. El resto siempre se puede ir adquiriendo poco a poco.
El flujo de dinero en metálico
La salud de tu negocio la puedes comprobar a diario al hacer la caja. Evidentemente, los ingresos han de ser superiores a los gastos. Lo negativo es que estos últimos se van acumulando a diario y que terminan por convertirse en una deuda impagable.
Por ello, cada día hay que analizar cuánto se ha ganado, cuánto se ha gastado y cumplir siempre con el presupuesto realizado.
El abono de los impuestos
La declaración trimestral y la anual son gastos previstos que no debes pasar por alto. He aquí la importancia de llevar un registro diario que te permita prever cuánto tienes que pagar y saber si tienes el efectivo suficiente para hacerlo.
La actualización diaria de las cuentas te otorgan cierta ventaja ante posibles inversiones imprevistas. Te recomendamos que hagas el estudio por departamentos para saber, de manera más exacta, cuáles son los puntos fuertes y débiles de tu estructura empresarial. Intenta equilibrar los resultados y realiza las modificaciones necesarias para mejorar y afrontar tus obligaciones financieras sin temor a sanciones.
Revisa los precios
Entendemos que acumular demasiados productos te genera tanto gasto como ansiedad. La idea de vender a cualquier precio no es positiva. Tus clientes percibirán que no valoras lo que tienes y que prefieres casi regalarlo.
De tu margen de beneficios sale todo lo que te permite pagar tus facturas, impuestos y gastos en general. Es mejor una oferta puntual que bajar los precios drásticamente para perder dinero.
El control financiero
Recuerda que debes saber siempre cuáles son los resultados de tu negocio y si estás alcanzando los objetivos previstos en el presupuesto. En ocasiones, este control se realiza una vez al año o al trimestre, pero es más aconsejable que lo realices siempre en tiempo real, ya que:
- Te permite conocer en qué estás perdiendo dinero.
- Contribuye a evitar situaciones de riesgo.
- Ayuda a descubrir incidencias o errores.
La suma de los aspectos anteriores permite conocer cuál es el estado real de tu negocio y a tomar las decisiones más acertadas para lograr la mejora de la economía empresarial.
Potenciar la dirección financiera
Suele confundirse con un departamento administrativo más, pero no es así. Es más, como gestor de tu empresa, has de estar en contacto directo con los informes que genera, puesto que administración y finanzas van siempre de la mano.
Igualmente, tampoco es recomendable que la dirección financiera solo se encargue de analizar las cuentas. Debes ampliar su radio de acción y darle el poder necesario para la correcta toma de decisiones en lo relativo a la gestión del almacén, la producción o la dirección comercial.
Optimizar la comunicación
Tu pyme o empresa funciona porque todos los departamentos reman en la misma dirección, pero suele caerse en el error de generar límites demasiado estrictos que terminan por provocar que se conviertan en piezas independientes.
Por ello, lo mejor es conseguir que la dirección operativa, la financiera y la administrativa estén siempre en contacto. El flujo de la información es esencial para poder crear estrategias más eficaces.
Un cambio de mentalidad
Esta es la clave más importante de todas. La dirección financiera de tu negocio tiene la misma responsabilidad que el resto de departamentos. El trabajo conjunto permite ir corrigiendo a diario todo aquello que no termina de funcionar. Solo así es posible ganar en adaptabilidad y, sobre todo, evitar pérdidas.
Para medir la salud financiera de tu empresa o pyme, disponemos de una herramienta ideal. Solicita ya una demostración gratuita de Agicap y comprueba qué debes corregir. Un miembro de nuestro equipo te enseñará cómo nuestro software de gestión y previsión de tesorería se adapta a tu negocio. Empieza una nueva etapa empresarial y consigue alcanzar tus metas en menos tiempo y sin temor a posibles incidencias que puedan alterar la estabilidad económica de tu empresa o pyme.
