Netting y el principio de no compensación

Tiempo de lectura: 8 min.

En este artículo vas a conocer qué es el netting y el principio de no compensación. Esta herramienta sobre la deuda es una forma legal con la que se regulan los saldos deudores con los acreedores durantes las operaciones financieras. Se trata, por tanto, de un método que ordena las cantidades económicas que se han de abonar, siguiendo las pautas estipuladas por la legislación vigente. Como podrás imaginar, las deudas más antiguas se han de abonar antes que las nuevas, una regla básica dentro de los principios contables.

Qué es y cómo nació el netting

Anteriormente, cuando un deudor y un acreedor estaban en disputa debido a diferencias en el orden de pagos, la opción llevada a cabo por ambas partes era la de saldar en efectivo la diferencia estipulada. De este modo, cada una de las partes se comprometía a pagar el importe total de la deuda. Ahora te estarás preguntando cómo se regula actualmente, bien, desde hace años se implementó en nuestro país la ley de limitación de pagos en efectivo, la cual sanciona aquellos pagos en efectivo que superen los 2.500 euros, ya que son considerados como infracciones tributarias.

Usos del netting

En primer lugar, cabe destacar que esta práctica no interfiere negativamente o es contradictoria con el principio contable de no compensación. De hecho, se trata de un mecanismo que goza en la actualidad de una excelsa popularidad, ya que ha sido incorporado por la mayor parte de empresas, tanto en el papel de deudor como acreedor. El motivo principal es que refuerza la seguridad de las instituciones.

¿Por qué se usa? Porque evita las posibles desavenencias entre particulares a la hora de pagar, puesto a que no existe plena confianza entre ambas partes. Las empresas utilizan esta técnica para tratar principalmente con aquellos clientes que son a la vez proveedores. Así, las deudas que generan estos clientes pueden ser descontadas en el momento en el que realizan algún pedido. Se trata de una estrategia win win, todos ganan y no se generan malas vibraciones que puedan enturbiar la relación comercial.

No obstante, el netting se realiza de formas diversas. Existen ciertas entidades que no lo aclaran y lo imponen a la torera, deteriorando la relación entre distribuidor y proveedor; otras, en cambio, se encargar de sellar este acuerdo mediante una relación contractual. En dicho contrato se detallan los importes que deben ambas partes y la cuantía que se ha de pagar para cerrar la liquidación.

La regulación de la compensación

Tienes que saber que existen mecanismos legales que solucionan la problemática entre organismos deudores y acreedores. Podemos atenernos al artículo 1195 del Código Civil, en el cual se aclara qué es el pago por compensación. Se trata de aquella situación de disconformidad entre dos particulares, donde uno de ellos debe una cuantía económica a la otra parte.

A continuación, detallaremos cuáles son los requisitos estipulados por el artículo 1196 para llevar a cabo una compensación de deudas. Vamos a ordenarlos y explicarlos uno por uno.

Requisitos para formalizar el pago por compensación

  • En primer lugar, un particular estará obligado a abonar la cifra correspondiente cuando la otra entidad corporativa o particular sea la acreedora.
  • El pago por compensación se materializará cuando ambas deudas se basen en cantidades monetarias o, en caso de no tratarse de dinero, puedan ser fungibles y similares. De este modo, se compensará la deuda cuando se trate de la misma especie o calidad.
  • Otro requisito imprescindible para poner en marcha el trámite es que ambas deudas hayan expirado.
  • Tienen que ser deudas líquidas y exigibles. No se pueden compensar comportamientos ajenos a la materialidad.
  • Por último, ninguna de las deudas puede encontrarse retenida o en disputa con una tercera persona. Todas las deudas se resolverán si han sido correctamente presentadas a la entidad deudora.

El principio de no compensación

Te vamos a presentar qué es y cómo funciona lo que conocemos como el principio contable de no compensación. En este caso, este principio concluye que, salvo que las normas contractuales indiquen lo contrario, no existe la obligación de compensar económicamente aquellas partidas del activo y del pasivo o las de gastos e ingresos. En este sentido, los elementos que integran la contabilidad de una empresa serán valorados de forma independientes según las cifras recogidas en las cuentas anuales.

De este modo, nos encontramos con que el principio de no compensación sirve para cumplimentar la compensación de partidas, sin embargo no específica los mecanismos utilizados por las distintas empresas para saldar sus cuentas. Los pagos materializados tendrán lugar en aquellos escenarios donde los saldos entre las entidades deudoras y acreedoras sean dados de baja. Su registro se formalizará y contabilizará con los importes exportados o importados que se hayan registrado en la tesorería, dependiendo del caso y la situación del particular.

En otro estadio puedes encontrarte la situación relativa a las liquidaciones de las facturas. Sin una práctica conveniente de este menester, los aparatos de contabilidad pueden registrar compensaciones entre saldos deudores con acreedores, dejando registrada tan solo la diferencia líquida resultante. De este modo, se realiza otro tipo de compensación que no sigue el mecanismo de no compensación previamente mencionado.

Un problema que debes evitar, ya que puede suponer una sanción económica por parte de las autoridades tributarias, es el hecho de pagar una deuda sin cobrar el importe que la otra entidad te debía. En este caso, además de dar por perdido el importe correspondiente en tu situación jurídica como acreedor, también tendrás que reportar la incidencia a los organismos directivos de la empresa por tu incorrecta forma de proceder. La mejor solución para evitar problemas relacionados con estas deudas es, entonces, atender cómo evoluciona la situación respectiva a las facturas y a la tesorería, utilizando las herramientas contables adecuadas para solucionar las incidencias a tiempo y de la forma más rentable.

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Limitaciones fiscales respecto a la realización del netting en efectivo

El netting es una práctica de gran utilidad para evitar problemas a la hora de realizar cooperaciones empresariales, sobre todo entre compañías proveedoras e importadoras de bienes y servicios. En este sentido, esta herramienta puede verse limitada por algunos factores.

Atendiendo a las instrucciones de la Agencia Tributaria, el netting se suscribe al ámbito de las consultas vinculantes. Si se da el caso de un contrato de cuenta corriente con otra para la concesión de créditos, el netting se estaría empleando en operaciones comerciales que no podrían desglosar los importes hasta el cumplimiento de las fechas estipuladas en el contrato y de la liquidación del saldo restante. Una vez expirada la fecha, el importe a realizar por parte de la entidad deudora se correspondería con la liquidación del saldo vinculado a la cuenta corriente.

No obstante, la principal problemática del pago dinerario en efectivo es que se encuentra regulado y sometido a limitaciones. Un particular no puede liquidar el saldo si la suma total del importe en efectivo supera los 2.500 euros.

La rentabilidad del netting

Algo que debemos tener claro a la hora de establecer relaciones jurídicas entre dos partes contratantes es que asumimos ciertos riesgos, siendo el incumplimiento de nuestras obligaciones pagadoras uno de los más graves. Por este motivo, los contratos derivados que utilizan la fórmula del netting no son menos y también les aborda constantemente este posible riesgo. Aunque estos contratos derivados tengan como requisito la transmisión de riesgos por parte del agente económico y, por su parte, la asunción de los mismos por parte del otro particular, es necesario reconocer que dicha relación contractual también se encuentra en peligro. Entre los riesgos que le afectan nos encontramos aquellos relacionados con el mercado, el crédito, operativos y, no menos importantes, los riesgos legales.

Tipos de riesgos que afronta el netting

Riesgo de mercado

Este es uno que estipula y baraja las posibilidades de que una de las partes tengan que asumir aquellas pérdidas derivadas de las oscilaciones de los precios destinados a los activos. De este modo, la asunción de pérdidas es uno de los primeros riesgos que debemos de asumir en nuestra posición negociadora durante nuestras transacciones.

Riesgo de crédito

Es un término que empleamos para medir la probabilidad de incumplimiento de las prestaciones acordadas por parte de cada una de las entidades negociadoras.

Riesgo operativo

Este ha sido recientemente definido en uno de los informes expedidos por el G30, y se trata del tipo de riesgo que se relaciona con aquellas pérdidas derivadas de sistemas de control ineficientes, errores humanos o estrategias directivas fallidas.

Otro temor durante las operaciones crediticias es el riesgo legal, el cual supone pérdidas en el momento en el que el contrato estipulado se establezca como no ejecutable. Esto se debe a que haya sido elaborado sin tener en cuenta la documentación legal, por lo que todas las operaciones permanecen al margen de la ley y no pueden ser ejecutadas o aplicadas. Esto supone para la empresa la imposibilidad de contratación, o la cancelación del contrato al no contar con el beneplácito de aquellos tribunales o entidades reguladoras que se amparan en los órganos legales.

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Beneficios del netting

Tras repasar cuáles son los principales riesgos que asumen aquellas entidades negociadoras, es necesario destacar que el netting se presenta como una herramienta que permite la reducción del riesgo de crédito. En este sentido, cada contraparte vinculada a una relación contractual podrá aplicarlo para reducir su exposición frente a la otra entidad, ya que todas los importes monetarios entre ambas partes se realizarán sobre una base neta. De este modo, como puedes observar, esta herramienta contable permite generar confianza y asegurar los pagos.

El valor de un contrato derivado que se someta a esta práctica verá incrementado su valor por parte de los organismos negociadores. Sus tasas, activos o riesgos subyacentes se podrán modular y adaptar a las coberturas de pago correspondientes. Un ejemplo es el valor del swap simple sobre la tasa de interés fija.

El particular encargado de atender dicho pago sobre la tasa fija, observará cómo el swap contará con un valor propio, lo que supone un cambio en el paradigma del pago. Al poder reemplazar el swap en aquel momento, la contraparte estaría obligada a pagar una tasa fija más alta.

Aquellos pagadores que se atiendan a una tasa fija se encontrarán con un valor intrínsecamente positivo en sus cuentas, mientras que, por su parte, el pagador de las tasas flotantes encontrará en sus cuentas un valor intrínsecamente negativo. Por esta razón, la principal ventaja de realizar operaciones de netting es que se adaptan a las circunstancias y cubren las espaldas de ambas entidades durante las negociaciones de pagos.

Sin duda, el netting es un mecanismo contable ideal para aquellas operaciones de negocios realizadas entre dos entidades, sobre todo cuando una opera tanto de proveedora como de cliente. Ayuda a evitar conflictos sobre los pagos y, de este modo, ambas partes se sienten protegidas y amparadas por los mecanismos legales.

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